jueves, 8 de mayo de 2008

Desde la tronera



Transcripción de diálogos cuquilleros: Dedicado a todos los amigos que me obsequiaron con el mejor regalo que un cuquillero aprendiz puede recibir: Su compañía. Considerandome afortunado por ello y en el convencimiento de que gozo de su tolerancia para publicarlo. Todo un honor disfrutar de vuestra amistad. Espero que constituya un homenaje a las gentes de bien, -cazadores, cuquilleros- y un canto a la pasión por este arte, embrujo y tradición que es el reclamo de perdiz, como acertada y brillantemente la denomina uno de ellos.

" -SOLITARIO
Como soy aficionado a esta modalidad de caza del reclamo, tan desconocida como apasionante y en la que la protagonista principal es la perdiz roja, afrontaré la narración de algunos puestos, para mí interesantes de cara a su divulgación:
Apertura de temporada 2007:

10 de Febrero, puesto de sol: Llegaba al cazadero sobre las 9,00 horas después de una noche de agua y los caminos embarrados a tope. Como hacía un viento destacable decidí internarme en un barranco a resguardo que tiene cierta profundidad y donde pensé que mi pájaro estaría protegido de ese elemento. Me las prometía muy felices porque hacía un sol magnífico y una mañana estupenda, pero, empezaron los problemas. El camino estaba impracticable y no me fue posible llegar hasta el barranco en el vehículo, por lo que me tocó echarme todos los achiperres a las costillas, incluido un buen haz de retama imprescindible para preparar el pulpitillo, porque en la zona no hay broza alguna ni monte, salvo pino de repoblación, inservible para preparar ni puesto ni tanto y patearme, con todo ello, mas de un kilómetro hasta llegar al lugar elegido. La verdad llegué con fatiga, mas por los nervios y la prisa que otra cosa, pero ilusionado.
Tras la preparación, cuelgo a Parlillo, algarín de buena estampa y suave al que ya he tirado en el celo pasado.
Nada mas destapar, sale, como es su costumbre de cañón entrecortado, alternando con cuchicheos y piñones y parándose a escuchar de vez en cuando. No alambrea nada, esta tranquilo. Escucho campo a mi izquierda sobre un cerro de cierta altura y antes de darme cuenta, entra el par de callada (o, al menos yo no escuche guerra abierta). El macho viene engallado y retando, dando vueltas al tanto de forma desenfrenada y tropezándose con su base en alguna ocasión dada su fijeza en la jaula y ganas de guerra. El reclamo recibe bien, bajito y sin violencia. El campo se crece, se retira unos metros, piñonea y vuelve a la carga hacia la jaula. En esto la hembra tratando de llevarse a su macho, pero este no la hace caso y ella se retira de plaza a una distancia de unos 15,20 metros desde donde lanza jácaras de vez en cuando. La pelea continúa y el campo, un pájaro impresionante y viejo, continúa con el reto y dándose caña con la jaula.
Pensé que la pájara me iba a dar guerra si le mataba el macho, pero no había otra opción, la jaula recibía al macho, como por cierto, suele hacer este pájaro casi siempre, despreciando a las hembras, así que cerré el capitulo con un disparo fulminante que dejó el macho al pié del tanto. La jaula se queda al humo y tarda en salir, mientras tanto, la pájara sigue con su llamada. Por fin sale Parlillo de nuevo y, de inmediato canta otro macho mas lejos y comienza de nuevo la pelea, esta vez muy sonora y perceptible. El campo acude de vuelo. La pájara calla.
Se trata de un macho joven que viene solo, seguramente el perdedor de luchas anteriores con el macho viejo abatido, porque venía de la misma zona. Viene hecho una fiera, retando, dando pequeñas carreras en torno al tanto y por fin se sube a la jaula. Parlillo le despacha de un picotazo y al suelo con el, pero sigue con su guerra. La jaula recibe, esta vez, con energía y violencia, de pico y de pluma, se crece Parlillo. El campo vuelve a intentar subirse a la jaula, pero esta vez no lo consigue y cae al suelo. No puedo dejar mas tiempo el desenlace porque la pelea ya ha sido suficientemente clara y la jaula se deshace por bajo con el campo. De nuevo acabo el desenlace, aunque esta vez el pájaro da unos cuantos botes y muere, por fin a unos metros. Uff, menos mal. Vaya momento de excitación.
La pájara, mientras tanto, sigue con su matraca sonora y la jaula empieza a bregar queriendo irse con ella, sin salir de nuevo, así que, pasados unos minutos viendo que el pájaro no sale, decido tapar y dar por concluido el puesto.
Este pájaro tiene la costumbre de recibir, siempre a los machos, aunque le entren primero las hembras, no se porqué razón se engancha con los machos aunque este la hembra en plaza, despreciándola. Es un pájaro fuerte.

11 de Febrero, puesto de sol: Mañana nublada y, con viento, hay mucha humedad en el ambiente y decido colgar a Brecillo, otro algarín, esta vez sin probar. Se trata de un pájaro precioso, impresionante, de una gallardía notable, aunque en el jaulero es de los que no suele abrir el pico, sin embargo tengo esperanzas en el por su expresión y porte. Veremos.
Cuelgo en una zona de olivar y viñas, de nuevo al resguardo del aire en otro barranquillo. Coloco la jaula en una oliva nueva, bien protegida alrededor y al pájaro con bastante altura, para que domine la situación.
Destapo y esta tranquilo, inmutable, contemplando aquello de donde procede y lleva mas de un año sin ver, su antigua casa. No se mueve, ni briega, parece un guardia civil en el puesto
Pasa el tiempo, ni siento campo ni la jaula hace intento de abrir el pico, se serena el aire. A los veinticinco minutos, oigo un piñoneo muy bajito y breve, de inmediato y de seguido cañón largo, fuerte y destacable, sin finalizar. Brecillo quiere guerra, ¡Biennnnnn!. Así cuatro o cinco veces. El campo nada. Se calla, pasan otros cinco minutos y vuelta a empezar. Esta vez oigo campo lejos, un macho, solo que brevemente. Al rato la hembra mas cerca y de nuevo el macho cuchicheando fuerte en una ladera a mi izquierda. La hembra, justo detrás de mi a unos cincuenta metros. Ya vienen, si, ya los veo por la tronera que bajan a toda leche hacia la plaza.
Brecillo recibe primero a la hembra y después al macho, como dándoles la bienvenida pero con perversas intenciones .La hembra se aparta a la viña colindante y el macho se va con ella. Brecillo sigue con su piñoneo bajito y, tras unos minutos el macho acude de nuevo, vuelta al pulpitillo, varias veces, se desplaza por detrás, viene corriendo hasta el puesto, vuelve al tanto, a toda pastilla, se sitúa por detrás, dándole cera a la jaula y esta sigue con su guerra particular sin achantarse ni mucho menos, al contrario cada vez con mas violencia. Acude de nuevo al tanto decidido y se lo mato, al pie. La pájara vuela unos metros y se queda en el cerro colindante, dando la vara, como siempre. La jaula sale de nuevo, enseguida y sin haberse inmutado por el tiro y nada, que si quieres arroz, con la pájara. Por cierto, jovencilla, pero con poco celo. Se aleja, se aleja y dejo de oira. Menos mal que se ha marchado.
Brecillo sigue con su cañón inicial y, al rato siento campo, esta vez, por detrás de mi, otro par. Se lían, pero sin aproximarse, pasa el tiempo, varios minutos y nada que no acuden. Los veo a lo lejos entre los tomillares del cerro, pero no están encelados, vienen fríos. Llegan ambos a la plaza despacio y vienen curioseando, con poco celo. La jaula los recibe bien, pero el campo sin pasión alguna, se paran, miran a la jaula varias veces, sin fijeza, arrancan a corretear, se paran picoteando los brotes verdes y decido no tirar. El campo esta frío. Toso, se marchan, tapo a mi promesa que sigue tranquilo. Estoy contento. Lo hemos hecho todo bien, ambos, dentro de lo que se podía, claro.

Buen comienzo de temporada jaulera.
________________

-Flanagan
Enhorabuena, Solitario.

Espero que venga la corriente de una vez, aunque con las cosas que está haciendo el tiempo últimamente es difícil precisar lo que pasará y sobre todo cómo lo asumirá el campo.

Ya veremos, salud, suerte y enhorabuena por la crónica.
_________________

-Chanteo

Amigo Solitario:

Pasante de cuquillero como te defines a modo de cuidador de reclamos en principio, siento por esta vez, discrepar respetuosamente contigo; aprendiz de bandera cuquillero pertrechado, así te tengo.

Por cierto, me comentaron que te hiciste de un pollo de mi tierra que alguien te regaló, cuídalo pues parece ser según me comentaron que su arraigo es inmejorable, seguro que será bienacido y en consonancia con su fenomenal dueño aprendiz de bandera disfrutará de no pocos celos plagados de lances cuquilleros.

Cuídate los achaques que me tienes preocupado, por cierto, no has contado el lance de un guarrete que abatiste -según me han dicho asimismo en mi tierra- acompañado parece ser de un magnífico cazador puro de esos que chantean.

Buen par, sí señor y cuida ese pollete que dará cumplida respuesta a tu calidad cuquillera que de aprendiz ya dista dos vueltas.

______________________

-SOLITARIO
Ante esta situación en la que me encuentro, tras tu mensaje, Chanteo, no puedo mas que abrir mi pecho y dejar salir lo que me dicta el corazón, a pesar de que, como sabes, nada mas lejos de la realidad que ocupa mi pensamiento, en este foro del reclamo, que tener ni el mas mínimo protagonismo, que bajo ningún concepto, merezco. Puse ese post con ánimo divulgativo en plena soledad del puesto, con un canto de mayor entecortado, (como el de Parlillo) fiel reflejo de mi pasión incontenible por este arte y de una forma audaz, impropia de mis principios, pero también necesaria, imprescindible, para abrir plaza en este foro y hacer notar a este pájaro en esta querencia nueva. Es mi pequeño tributo a esta modalidad, de momento.

No me dejas otra opción que corregirte, una vez más, en esas dos vueltas que, generosamente, me concedes en mi catalogación cuquillera.

Paso a explicarme:

Sabes bien que llevo a la patirroja en mi corazón. De sus esencias no me abstraigo y no podré privarme nunca. Esa es la historia de mi vida venatoria perdicera, a la que, desde hace pocos años, quiero poner el broche final con esta aventura apasionante de aproximación a la jaula.
De esta forma podré acabar en paz con ella y conmigo mismo, haciendo desde mi puesto pasivo un humilde homenaje obligado, a sus esencias, a las que tanta felicidad debo en mi haber de cazador de perdices, intentando aprender, conocer, lo mas difícil, lo mas apasionante, lo intrigante y, por fin, lo que ella, la perdiz, lleva dentro para mostrarlo ante mi, a través de esa modalidad de caza ancestral. Nunca me perdonaría perdérmelo y no poder decirme a mi mismo que, por fin, he conocido a la Reina en toda su plenitud. Sabes que esa es mi base y mi comienzo de esta apasionante aventura en torno a la caza de la perdiz con reclamo. Nada más y nada menos que eso. Es decir alcanzar un doctorado de campo perdicero que solo los cuquilleros pueden tocar con los dedos.

Mi problema, y el de otros muchos, que han resultado prendados de esta forma de cazar a edad tardía, pero que quieren evitar atajos y vericuetos ofrecidos en bandeja gracias a la artificialidad, es que es un aprendizaje tremendo, lleno de dificultad, de enorme exigencia y de amplios matices, todos ellos diferentes y muchos inexplorados como bien sabéis vosotros, los cuquilleros maestros. Por ello, razonada y justificadamente, con frecuencia afimais que nunca acabas ni obtienes el doctorado, porque una larga vida no es suficiente para poder ser considerado así. Tenéis toda la razón. Lo he comprobado. Mira que pongo en ello todos mis cinco sentidos, lo sabes, me esfuerzo para comprender y a veces llego, pero la perdiz, ella sola, sin ayuda, sin esfuerzo, sin saberlo con esa naturalidad y bravura que atesora, me devuelve a la cruda realidad: Tengo mucho más que aprender.

Sin embargo, este cazador solitario no va a dar media vuelta nunca; se lo pide el corazón y por muy largo que sea se camino, si mi tiempo venatorio da de sí, yo lo voy a intentar con firmeza, con voluntad y determinación indudable. Mis errores me van abriendo los ojos. Ciertamente estoy aprendiendo de ellos.
Mis pájaros, algarines y promesas, me llevan de su mano sosegada pero cuidadosamente. Yo les sigo, hago caso de su instinto y me convierto en mero acompañante espectador de lo que esa jaula y ese campo me muestran, puesto tras puesto, abriendo una puerta tras otra y otra mas que siempre hay detrás. Esto es apasionante. Un mundo por descubrir.

Nunca acabaré de aprender, bien lo se. Yo creía que sabía de perdices, después de mas de media vida tras ellas, ¡bah!, falsa creencia, lo confieso, pero aunque sea a base de tropezones y respeto por esta modalidad, únicas armas de las que puedo valerme, además de seguir vuestras sabias y generosas enseñanzas, espero tener la oportunidad de lograr siquiera llegar a ser cuquillero, desde aprendiz, con edad de conseguirlo, con permiso, por supuesto, de la señora Ministra, de la Ley y de esa biodiversidad traidora que amenaza con cercenar de raíz mi tiempo de aprendizaje. No lo voy a permitir aunque tenga que comprarme una capa de esas que llegan hasta los tobillos, oscura pesada y deambular, como una sombra furtiva, entre jaras y lentiscos, directo hacia mi destino con mi jaula en las costillas.

Nada más, amigo Chanteo. Ese pollo serreño va muy bien ¡que digo!, va fenomenal. Ya va haciéndose su sitio. Ya se ha ganado el permiso del jaulero para poder reclamar en sus salidas al sol y, a veces hasta empieza ya a regañar, tenue pero valientemente, a los viejos, Fundamentos que hacen, como sabes, necesario que su bautismo de plaza quede aparcado hasta el próximo celo, tras recibir de mi mano ese mimo y enseñanza que, con seguridad, le van a hacer acreedor de muchos triunfos pero mucho mas de confirmar y hacer honor a la tierra y al amigo que le vieron nacer en esas recias pero nobles sierras de Jaén por las que tengo una especial atracción.

P.D.: Ese navajero quedará inmortalizado por escrito en su momento. No lo dudes. De momento, también duerme en mi corazón para siempre. Pronto saldrá.
_________________

- SOLITARIO
Con la misma finalidad divulgativa y porque se que aquí, en esta casa se va a apreciar este relato paso a contaros el último puesto del perdigón.
Aviso que es un relato largo para apasionados del reclamo y perdiceros con pasión por nuestra Reina. Naturalmente, como todas mis narraciones de caza lo someto a la consideración y comentarios de los cuquilleros y demás cazadores que hay en esta plaza, para mayor conocimiento de estas cazas.

13-3-07 (Martes)

Me dispongo a cerrar esta temporada cuquillera, aprovechando que hace buen tiempo y que me queda una zona a la que no he ido a colgar hasta ahora.
Voy a describir el puesto con cierto detalle para así poder fijar en mi mente este inolvidable puesto y, al mismo tiempo comprender y transmitir adecuadamente el escenario, en la medida de que mi pluma lo consiga, así como de los distintos acontecimientos ocurridos en el puesto.
Se trata de un vaguadilla, próxima y en dirección al río, salpicada de retamas, la mayoría viejas, así como esparteras también diseminadas. Lo que predomina son formaciones graníticas de cierto porte algunas de considerable elevación y el suelo esta igualmente lleno de piedras y piedrecillas del mismo tipo de roca, entre las que asoma el verde de esta época. De hecho tuve dificultades para colocar la jaula y establecer un tanto y una plaza donde no hubiera estas piedras, bien agarradas al suelo que podían poner en peligro a mi pájaro de algún rebote y que cubrían gran parte del terreno, como digo. A mi derecha una depresión de las mismas características de cierta elevación. A mi izquierda otra mas suave con pequeños montículos, risqueras y roquedos. Desde le puesto diviso bien la ladera de la derecha, el frente también, naturalmente y la izquierda, divisando en ella, además, desde la tronera el propio río.

Preparo el puesto a la sombra de una roca de buen tamaño de forma que no me de el sol del atardecer y evitar así los destellos habituales de la escopeta. Lo tapo bien de retamas secas, asegurándome de que se integre en el entorno. De hecho me costaba trabajo entrar dentro, por la cantidad de ramaje que coloqué con la finalidad de no producir recelos al campo ni de ser descubierto. Me quedó estupendamente aunque mis sudores me costó, ya que estuve como hora y media de preparación de puesto y tanto.
En mi opinión, aunque no la conozco bien, es una zona intermedia entre los acostaderos situados en cerros mas elevados a mi espalda, aunque distantes casi un km. y los comederos de la perdiz, siembras de cereal, colindantes con el río.

La tarde es espectacular de sol y con un poco de brisa fresca que mueve las retamas cada cierto tiempo, pero preciosa en medio del campo y con ese verdor y olor característico anticipo de lo que ha de venir: la explosión primaveral.

Son las 16,30: Cuelgo a Alimaña, pájaro de segundo celo, regalo de un amigo, procedente de las vegas madrileñas, que el año pasado, de pollo, probé un par de veces y con éxito. Este año es su cuarto y último puesto. Le he tirado siempre, hasta ahora. Sus salidas se cuentan por puestos inolvidables, por lo menos para mí, que tengo una ilusión con él, que se va acrecentando, según observo cómo progresa de una salida respecto de la anterior.
En su primer puesto, de pollo, ya le tiré, recibiendo bien una collera y otra hembra más.

Como es su costumbre antes de meterme en el puesto ya está saliendo de cuchicheos bajitos y subiendo el tono poco a poco. Piñonea y recurre al cañón, de vez en cuando. No se oye nada, el campo esta a lo suyo y pasa una media hora. Se para de vez en cuando, escucha y vuelta a empezar.
Por fin canta una hembra lejísimos, a la izquierda y al otro lado del río, la contesta de inmediato y se fija en ella, liándose como siempre, creciendo en intensidad y acelerando el canto de guerra. El campo no avanza, permanece en su lugar, retirado, como digo y contestado de tarde en tarde. Al poco, unos quince minutos, vuelve la hembra a reclamar, esta vez a unos cien metros, ya a este lado del río, es la misma; la faena sigue. En esto que escucho a otra hembra, esta vez a la derecha, en el cerrillo de los riscos, fija y quieta también. No la veo.
Según estoy buscándola, veo, por el rabillo del ojo, un macho tras la jaula, a unos cincuenta metros sobre un cerrillo, quieto y que empieza a cuchichear fuerte, intensamente y sin parar. La jaula se defiende bien y reta una y otra vez. Este, Alimaña, no se calla ni debajo del agua, ya puede venir el diablo en forma de apisonadora.
Tarda poco en entrar el par; vienen corriendo, los veo perfectamente hacia la jaula, pero…..¡que pasa!, aunque desplazándose lentamente en la plaza no se paran, se van de largo a la derecha entre las piedras graníticas y los pierdo de vista en un momento. A todo esto la hembra de la derecha se ha encaramado a una gran piedra y desde lo alto emite sus jácaras con fuerza. El par ha desaparecido, pasando al lado de ella y rebasándola también como una exhalación, aunque como la jaula los vio venir perfectamente le vi recibirlos muy bien, pero……no le dieron tiempo a más. La jaula empieza a enfadarse y alambrea un poco, ante estos sucesos bastante incomprensibles para el, nunca antes contemplados, regañando y callando al campo constantemente. El puesto que ocupo no causa problema, eso seguro, ya me ocupé de ello, ni destellos, ni aire, ni nada. No hago mas que mirar a mi alrededor para averiguar la causa de semejante visita relámpago y el macho venía bien de celo, porque le vi enmoñao un rato, fuera de plaza. La hembra campera solitaria quiere aquello para ella sola. Nada, no hay otra explicación, todo esta en orden. La pájara sigue dando su fiesta a la jaula y el par ha desaparecido en el horizonte. Alimaña la contesta y le tira piñones constantemente, hasta besos, pero la tía que si quieres, no se mueve de su roca. Por fin desciende lentamente y se va acercando, entre las hierbas, sorteando las piedras y demás peñas, poco a poco, picoteando el suelo, pero….en vez de entrar en la plaza, se coloca entre el puesto y jaula a unos cinco metros de mi, sobre otra piedra, a acicalarse las plumas, rascarse, mirotear a la jaula de lado y como si allí no hubiera nadie, pero ese nadie estaba que se salía ya por los alambres, cuchicheándola, llamándola aceleradamente, en plena excitación, deseaba estar con ella. Llevaba ya un buen rato recibiéndola, pero ella impasible y en silencio, a lo suyo que era que el pájaro la contemplara bien sus encantos. ¡Que coqueta y zalamera!

A todo esto, mis nervios se me han salido ya por las orejas y no se donde habrán ido a parar; me he quedado vacío de aliento ante semejante espectáculo, estoy en una tensión insoportable, porque se que mientras esa pájara siga allí, el par no vuelve, pero ella lo tiene claro, a la plaza no entra ni aunque la empujen. De repente se baja del risquillo intermedio y sale corriendo hacia la izquierda sin tocar la plaza; veo por al tronera que el par anterior, que seguramente había dado la vuelta, de callada detrás del puesto, vuelve. El macho se enzarza con la jaula enseguida y es el mismo porque tiene el mismo cañón y cuchichea igual, un macho claramente joven, pero antes de entrar en plaza, veo a la pájara solitaria que se dirige directa hacia ellos, se junta con la collera y juntos, los tres, vuelven a pasar por detrás de la plaza a toda velocidad para, de nuevo, perderse a mi derecha, subiendo la ladera hasta el horizonte, se los estaba llevando, no hay duda alguna. En seguida, en medio minuto, vuelve a aparecer la pájara sobre, casualmente, la misma gran piedra de la vez anterior, destacando su figura erguida y señorial sobre el cielo y el par, desaparecido y alejado del combate. Nunca volvió a denotar su presencia. Nuevas jácaras hembreras, nuevos cuchicheos de la jaula, que titea y cañamonea también de vez en cuando y hasta maúlla alternativamente, ante el recelo y resistencia de la hembra, todo ello sin parar de recibir.

Son las 19,00 horas, comienza ya a caer la tarde y a aparecer las primeras sombras en la plaza. La pájara sigue en su pedestal elevado llamando y provocando a la jaula y este en su estado de excitación, su éxtasis particular con cantos variados, como dije, todos de intento de seducción. Se le ve desesperado ante la resistencia de semejante hipotética consorte tan brava y esquiva a ceder a sus encantos. No tengo alternativa alguna, el par ha desaparecido hace ya un buen rato, o al menos no se les siente ya no me importa, la pájara allí sigue y mis esperanzas de que la jaula consiga atraerla se van desvaneciendo con el paso inexorable del reloj. Pienso que, de seguir la escena así, voy a tener que echar a la hembra como sea y darme por vencido, tal es el grado de excitación de mi pájaro y que se acaba la tarde. Me pongo un límite de tiempo: si en los próximos cinco minutos las cosas siguen como están voy a tapar. Pero, de repente, observo a la jaula que se calla, se estira, quieta, mirando hacia el peñón donde estaba la hembra altiva y miro por la tronera, viéndola venir, una vez mas y es la tercera, despacio, esta vez tranquila, esta vez sin picotear el suelo, derecha al tanto sin entretenimiento alguno. Alimaña la observa en silencio toda la operación, tranquilo también, aquello era el desenlace final. Ve a la hembra acercarse como si viniera pisando una alfombra roja, como una estrella. Esta vez están solos los dos, ella y el, no se oye mas campo circundante. Por fin se la esta trayendo sin violencias, ni acompañantes, ni vecinos testigos de semejante escena, salvo uno que soy yo, además privilegiado. La recibe, esta vez con suavidad y mucho temple, diría que hasta delicadeza.

Ahora el problema es para mí. Con enorme placer querría dejar vivir a esta pájara por su valentía, su casta y sus artes seductores. Cuantas veces recordé el apuntillo de mi amigo Manolo Romero sobre el indulto y a fe que lo hubiera hecho de buen grado; pero, por otra parte mi pájaro no lo iba a entender, lleva mas de dos horas y media cantando y en plena labor, sin parar, fijo con la hembra recelosa. De tratarse de un pájaro hecho y experimentado no lo hubiera dudado nada, pero no tengo otra opción, porque el es joven y el mas perjudicado de esa decisión, de no finalizar la obra puede ser el, siendo ella, seguramente, una pájara vieja. Sus reacciones camperas así hacen predecirlo y mi jaula ha hecho un trabajo magnífico, que merece un final tranquilo y aleccionador. Más allá en próximos y futuros celos habrá otras pájaras valientes que merezcan, como esta, dicho honor. Me conozco y se que lo haré una y mil veces, mientras mi jaula lo entienda, pero este pájaro es tan bisoño como yo y debemos cumplir el rito del adiestramiento ortodoxo. Así lo hago, termino, no sin antes dudar tanto que la hembra dio un par de vueltas mas al tanto, lenta, solemnemente y Alimaña recibiéndola bajito, casi imperceptible y como el acostumbra a hacerlo. Al tiro corta el humo de seguido, se estira, se eleva y sale de nuevo finalizando con un cañón tremendo, que resonó entre las piedras y con una relajación perceptible claramente desde el puesto, sacudiéndose de inmediato las plumas, orgulloso de su triunfo. Enseguida vuelve a buscar campo pero la función ya había acabado, era muy tarde, aunque por lo visto no había tenido bastante. A mi me pasó lo mismo, por fin respire tranquilo. Salí y me acerque chascándole los dedos, hablándole bajito y felicitándole por el gran puesto. El pájaro estaba sereno, no movía ni una pluma ni una ceja, aunque seguía con su recibo esta vez dirigido a mi y su cuchicheo bajito. Le hice un par de fotos junto a su hembra que efectivamente era vieja, posiblemente viuda y solitaria y me senté en una piedra grande a descansar, echando otro cigarro más, abarrotado de tamañas emociones y esperar en aquel silencio del campo, entre dos luces, a relajar también mi tensión. Le tapo.
Me llegó la noche allí sentado, no tenía ninguna prisa, este celo 2007 ha terminado, para mi y para mi socio, disfrutando de aquel momento incomparable y puro de la venatoria junto a ese tremendo trofeo, que no por diminuto es menos apreciable, al contrario representa a una especie insigne de la caza. El campo rindió su tributo a los cazadores, fiel a la ley ancestral. Aun hoy, según lo estoy escribiendo me emociono, Todavía no he superado ese puesto y sigo saboreándolo.

Acompaño el par de fotos, disculpándome porque la falta de luz no deja ver bien a los actores de esta obra, pero es más el testimonio que la calidad de imagen lo que importa.
________________________

-Chanteo
Amigo Siempreacompañado:

En verdad que tus ladrillazos cada vez se me hacen más cortos y más cargados de necesitado conocimiento en pro de un disfrute auténtico. Lo que busca un cuquillero: faena de pájaro.

El último puesto de la corriente no puede caer en trece, así que busca un cazaero o antes que termine el mes... te bajas, que aquí la zona alta sigue hasta finales.

Bienacompañado, es muy tarde y vengo de viaje de trabajo, me acuesto habiéndote leído "Alimaña" pero con más tiempo y menos cansancio habré de significarte por qué los cuquilleros antiguos buscaban estas esquivas hembras enviudadas y quedadas al tiro para propinar el primer lance a los pollos de promesa.
_________________________________

-SOLITARIO

Amigo Chanteo, lo de martes y trece, para mi, que no soy nada supersticioso, no es mas que una coincidencia curiosa, en este caso feliz.

Tengo que decirte que espero con ansiedad e impaciencia esa explicación de tu mano, que me ofreces y cuantas quieras más, que siempre serán bien recibidas y agradecidas, como un gesto más de generosidad a los que me tienes acostumbrado y a los que no quiero renunciar nunca. Espero poder disfrutar siempre de ellos y espero también saber y poder corresponderte a mi manera.

Tu mensaje de respuesta y previsible corrección, me viene al pelo para, abusando de tu tiempo, dirigirte esta reflexión íntima para compartir contigo la base de mi proceder. Al fin y al cabo somos tan pocos pero tan bien avenidos que se trata de una charla entre amigos, oportuna, creo en este momento, porque fíjate que este post tiene ya 161 lecturas y somos cuatro cuquilleros registrados, que yo sepa.

No te puedes imaginar lo que supone de esfuerzo redactor y expositor de vivencias, para mi, que soy un principiante, abrir este foro, como hice en su momento, contando y escribiendo mis puestos de reclamo en un medio público y con ello, en lo positivo, exponerme a vuestras sinceras correcciones que para mi son un maná del Cielo y un regalo para mis inexpertas manos cuquilleras, que nunca podré agradecer suficientemente; sino, en lo negativo, a ser objeto una vez mas de juicios personales, ahora también, sobre mi forma de cazar, conocimientos y maneras de entender la caza y esta caza en particular. Nunca antes lo he hecho hasta ahora para no dar nada mas que hablar.

Como sabes, a diferencia de otras modalidades que he practicado toda mi vida de las que tengo raíces fuertes, profundas y honorables herencias recibidas, de las que me pongo frente a quien sea a tratar, contrariamente a ello, de esta, del reclamo, soy casi autodidacta en mi entorno, con alguna ayuda adicional de algún amigo entrado ya en años, superviviente cuquillero de una atroz guadaña asesina antireclamo que pasó en su día en mi zona, pero poco mas, por lo que me arriesgo a convertirme en diana de muchos comentarios. Aun así no me importa, me arriesgo y lo hago, por un lado, egoístamente para aprender y, por otro, porque creo y confío en que la mejor defensa de esta modalidad, tal y como hacéis los maestros, es darla a conocer y sembrarla, con ejemplos reales y análisis en profundidad sobre ella, para destapar todo lo bueno que tiene que es muchísimo, tanto como desconocido, cosa para la que me declaro incapacitado y por eso mis ladrillos cuquilleros tienen la audacia del aprendiz y tendrán los errores de concepto, que ya asumo de antemano. Vosotros podéis hacerlo mejor, infinitamente que yo, que debería estar callado.

No me propongo, por tanto, aquí, hacer debates superficiales ni enfrascarme en diatribas personales de diferencias de enfoque o hasta de puridad o falsedad de las cosas que se opinan y se hacen, en general, sobre esto del reclamo entre cuquilleros. Decidí, cuando vine aquí, que este es un lugar para construir algo, no para destruir nada ni a nadie, sea quien sea mi interlocutor dentro del foro. En esta idea de contar mis experiencias estoy seguro de errar y hasta hacer alguna faena mala a mi pájaro, seguramente, tropezando en todas y cada una de esas piedras de granito al contrario que las que, sabiamente, sorteaba esa pájara del relato.

Por lo tanto, estoy abierto a esa crítica tan valiosa para mi como constructiva que se que es lo único que puedo esperar de todos vosotros, nada mas y nada menos, es decir, todo en positivo y como un amigo que me considero vuestro, pero de verdad, no solo de pasar el rato, sino de arrimar el hombro, el mío, aunque no sea firme y aunque acabe de llegar a esto. No esperéis de mi otra cosa que defender el reclamo lejos de la banalidad, de perder el tiempo en intrascendencias y de aparentar saber mucho, cuando, en realidad se poco, ni en proyectos imposibles demandados y abanderados donde y por quienes, anteriormente no se puso firmeza y valentía en su dosis adecuada en temas mucho menores. Mi transparencia es total. No pienso correr para ganar amistades cuquilleras, ni rodearme de sabios para aparentar ser uno mas, ni ejercer liderazgos sin base ni, por tanto, construir nada somero, mucho menos hacer el juego a la artificialidad y, en aras de lo pasajero, callar, otorgar y tapar, ayer con el diablo enfrente y, ahora, con el a mi lado solo para aparentar, de eso nada. Yo no busco multitudes ni calor, busco solera y verdad. Mis cosas serias son eso y la caza y el reclamo para mi son de alta catalogación vital. Tu me conoces bien y sabes que escribo esto con la verdad y la rigurosidad necesaria en este caso. De ahí mi insistencia en clarificar mi postura en este foro, que se aproxima al exceso. Ya he acabado este ladrillo, porque se que me comprendes muy bien.

Un fortísimo abrazo, a la espera de ese dictamen con enseñanza añadida.
Si es que soy un ávido de saberes, disculpa, ya me conoces. Cuanto mas profundizo en esto me doy cuenta de que solo sé que no se nada y encima me pongo a escribir. No tengo arreglo.

P.D. : Alimaña fue un regalo de un amigo y lo que hay sobre la jaula también es un regalo de otro amigo y aun hay mas .
_________________

- Flanagan

Me permito la osadía de meterme donde no me llaman (espero no quedarme en el suelo como esa hembrilla, que hizo lo mismo), simplemente para deciros un par de cosas:

La primera, para felicitar a Solitario tanto por la redacción como por el fondo del relato: en todo momento he estado contigo en ese puesto, pues me he metido dentro de lo que relatabas. Me ha gustado, me ha emocionado y, sobre todo (ya me conoces), me has transmitido tu pasión (que se desborda a raudales no sólo en el relato, sino en tu persona cazadora y cuquillera a más no poder).

En segundo lugar, para decirte (desde mi solemne ignorancia cuquillera, pero siempre deseosa de aprendizaje guiado por maestros como vosotros, difíciles de encontrar en estos tiempos que corren) que creo que esa hembra está muy bien tirada, que respetaste las normas no escritas de este arte, y que tu pájaro sin duda recibió una de las más grandes lecciones que pueda recibir un pájaro, habiendo, por otra parte, superado con creces la prueba de fuego que supone una viuda como la que describes para un pájaro todavía no hecho.

Creo que es un camino difícil pero práctico para conseguir buenos pájaros hacer lo que hiciste, y sólo gente con un buen nivel de conocimiento, paciencia, pasión y arte como tú puede estar a la altura de evitar tentaciones nefastas y de dejar cumplir a la caza como mandan los cánones cuquilleros.

Lo último que quería añadir es que estoy impaciente porque Chanteo se arranque y nos de una lección de saber.
____________________________

-Chanteo

Amigo Solitario:

Sabes muy bien que en esto del cuco quienes están legitimados para tratar en profundidad -a juicio de cada cual- lances cuquilleros, son quienes a modo de cuclillas se rasgan las vestiduras por esas campiñas y serranías en búsqueda de secuencias venatorias que les pongan la piel de gallina -que no gallino- por el buenhacer en el recibo de su reclamo, quedado de enmoño ante la corriente, bravura y nobleza del campo; está legitimado para hablar de cuco quien siente ese escalofrío a modo de pellizco que por dentro repletos de tantas sensaciones nos hace.

Por eso sabes que los cuquilleros se apartan de esa diatriba de saber más, saber menos...: la cuestión es sentir.

Está legitimado para hablar de cuco quien siente y para escuchar quien tiene bien oír por aquello que se dice en mi tierra de que algo tendrá el agua cuando la bendicen como ponía de manifiesto Don José el de los Cuencas de Iznatoraf agradeciendo vuestros avisados disfrutes hacia el encele cuquillero de Solitario, y asimismo personalmente por vuestro respeto hacia nuestra pasión-. Recuerdo un afamado prologuista de televisivos venatorios entrevistando al perdigonero literato Don Fermíz Vázquez quien sostenía encontrar legitimados para hablar de cuco a sus practicantes que a modo de feligreses sienten con devoción esta entrañable modalidad pajaritera, haciendo hincapié en quienes además hubieron exteriorizado ese sentir mediante su aportación escrita engrosando nuestro acerbo cuquillero.

¿Acaso tus post no son acerbo cuquillero? a sabiendas de serlo para quien los lea y teniéndose por cuquillero, más aún. Efectivamente, por eso ciertas cuestiones -que entre tú y yo huelgan porque tu interés de sobra me consta que no busca si no sentir ese escalofrío que en verdad has descubierto tras la práctica de nuestra modalidad cuquillera- referentes a resultar aprendiz no vienen al caso, puesto que si bien todos resultamos aprendices del cuco en búsqueda de lo anterior y como magistralmente de costumbre en evitación de diatribas cognoscitivas sostiene ManoloR., "el reclamo de bandera es el único y auténtico maestro cuquillero" y será quien nos conduzca con saber hacer a ese sentir. Don Miguel Machalasparras entendía al aprendiz de cuco como aquél que se estaba instruyendo en el cuido de los reclamos y que tal diplomatura se ostentaba cuando éstos se encontraban en perfecto estado de pluma y encele tras no pocas temporadas. No hay nada más que ver a "Alimaña" para que cualquier cuquillero ponga de manifiesto que tú dicha diplomatura la portas mucho más que notablemente bajo el brazo; y atesorándola, cuquillero por merecido sentir, sinceramente te tengo.

Además amigo Solitario, vienes de vuelta de muchas cuestiones en la que te has entregado a pecho descubierto en la caza defendiendo pasión de siempre y también por eso el cuco te legitima, resultando ya para tí un imposible desenganche por sentir su embrujo, como el Marqués de Melgarejo que a una edad bastante mayor que la tuya, descubrió tras largos años de experto venador ese pellizco que de haberlo saboreado antes..., aportando por no poder dejar de hacerlo su manuscrito al acerbo cuquillero, siendo cuquillero hasta el final de sus días.

Y dicho lo anterior, te expreso mi opinión alumnada referente a la caza del reclamo en relación a "Alimaña" en el sabroso puesto que relatas en tu despedida de este celo, resultando devoto como tantos otros y sin importarme lo más mínimo mi grado de su conocimiento, eso sí, siendo mi íntima gala tratar en la caza del perdigón del sentir y por ende, disfrutando sobremanera con tus sabrosos ladrillos cuquilleros. Por eso, he de manifestarte que el cuco poco a poco, con paciente andar quedo y escudriñando en su indague, ha sabido mostrarme como a tí en mi deleite y palmariamente, la existencia de máximas cuquilleras que como frecuencias reiteradas en similares situaciones, sientan cátedra aún teniendo veraces excepciones. El campo resulta así y nos abre su disfrute a quienes tratamos de entenderlo por sentirlo; como describes en el puesto afortunado y nada superticioso a colación con el indulto de ManoloR. y en su consonancia de hacer reclamo, en ambos casos: tirando y sin tirar; dependiendo del reclamo por hacer o consagrado ya.

Mas deseo comentarte a sabiendas de tus barruntes merecidos por autodidactismo pertechado que la comunicación sonora de nuestra joya tan fascinante para los entendidos pacientes cuquilleros -tan desconocida para tantos otros cazadores- y que tan sólo este tesoro natural ostenta, a medida de más celos y puestos mejor comprendida será por quien como nosotros sentimos ese escalofrío; estando en la creencia -por lo que relatas- que la enviudada hembrilla le dijo a tu reclamo que estaba quedada al tiro y que de entrar a plaza únicamente podría ocurrir al caer la tarde, conminando a la vez al campo, que supo, ¡como no! entenderla, a no acercarse.

Consagrado cuquillero como sin prisa... hora y media en hacer puesto y repostero localizada la plaza, por verea cierta y solera ya resultas, comentándote que quienes tienen ese largo y honroso título venador dominan sin pensar en ello siquiera el arte de esconder por tradición la muerte del campo, no dejándola por respeto y resabio percibir en nuestro reclamo ni quedar en su consorte o congéneres; sin extraño por su quehacer. Eso, no ocurre siempre, siendo la razón del porqué estas viudillas esquivas y recelosas por quedo saquen de quicio a reclamos que no tienen depurado su recibo, habiendo incluso cuquilleros consagrados que gustan de la opinión de entender que fundamentan la única excepción de tirar fuera de plaza. No soy a sabiendas de que tú tampoco partidario de esa consagrada y sabia manera de entender ésta.

Ahora bien, también la avispada hembrilla desde el principio querenció con tu reclamo a modo de nueva pareja, por elección consentida de atracción a su canto y dejando ver -a mi entender según tu relato- en el canto que sucumbiría al recibo alimañero por su quede de muerte antes aludido tan sólo a la dulce hora del ocaso, cuando la luz empieza a ser vencida, difuminando contornos, momento mágico y propicio de corrida a plaza en estos lances, vencidos sus resabios por el continuo recibo de tu reclamo al lubricán.

Finalmente amigo Solitario, y perdona por el ladrillazo, entiendo humildemente que tu proceder cuquillero fue correcto en tirarla y enseguida eso lo barruntaste en tu reclamo, que en estos lances suelen cargarse de entierro por continuar en mayor medida su recibo, aguantado aún más dentro del puesto y fumándote un cigarrillo sin concluirlo -estando ya en su sitio el campo de dormida y sin expresión de canto alguno- salvo de aquél y de manera especial, exclusivamente a su hembrilla, hasta que hartado de nuevo recibo "Alimaña" el puesto concluyera.

He degustado tu relato y compartido puesto alimañero, quedándote por tu entrega al lance cuquillero, agradecido . Para otro día queda como mi padre buscaba estas quedadas viudillas para bautizar de fuego a los prometedores pollos de su jaulero.
_______________________
-SOLITARIO

Te recibo de pluma, de entrada en plaza, amigo Chanteo con tu dictamen, a modo aleccionador y, tras, mostrarte mi satisfacción por tu respuesta, ahora de pico:

Yo no es que esté embelesado con esto ni que sienta el reclamo, es que desde mucho antes de colgar a mis pájaros ya estoy viviéndolo, solo de pensar en los mil y un detalles que, por conocidos, no son baladíes, al contrario, su seguimiento es clave en este escenario y para culminar la obra. Todos esos requisitos ya me hacen temblar, solo de pensar, que cualquier fallo, por falta de costumbre; de saber no bien digerido o por despiste, que también puedo tenerlo, vaya a dar al traste con mi pájaro, en este caso, Alimaña, como dije, pájaro de segundo y por tanto, muy por hacer, en lo que, se me nota, estoy decidido y predispuesto como máxima superior a cualquier otra. De ahí mi preocupación por saber hacer, pero mas por saber entender esto, para resultar ortodoxo y, puesto en juego ese conocimiento, que sea el campo, el azar y mi pájaro quienes me dicten sentencia, es decir, me muestren su maestría, a su vez aleccionadora y definitiva del camino a seguir.
Lo que hizo el campo y la jaula, con esa hembrilla castiza, para mi fue una experiencia primera, que supe desmadejar a base de observación, sigilo, atención y paciencia en el devenir sucesivo del puesto, reflexionando constantemente sobre los motivos de lo que allí estaba pasando y tratando de tomar la mejor de las decisiones, que como me estáis indicando, así resultó. Mientras tanto, vaya que si sentí este arte, es que no podía abstraerme en otra cosa. Me sorprendo a mi mismo y, como dije, a veces no se explicar como es posible que después de tantos años de caza, de muchas y variadas cazas, esto consiga ponerme en tensión de esta manera.
Te cuento a modo de anécdota que días antes había dado un puesto con mi hija, que era la primera vez que acudía, envenenada y abrumada de tanto contarle estas cosas del reclamo y que decidió, por fin acompañarme al puesto para vivir conmigo lo que es esto. No te cuento todo ello, salvo su comentario final: "Papá has estado temblando durante todo el puesto, desde que colgaste el pájaro hasta que decidiste tapar". Y es que es verdad, esto lo vivo, por segundos. No termino de entender que me pasa, de verdad, para llegar a ese estado de emoción tan grande. Para que voy a seguir si se que lo entiendes.

Me preocupa mucho hacer las cosas bien en el puesto y naturalmente no me encontrarás como bien sabes tirando un pájaro o una hembrilla fuera de plaza, aunque me coma las uñas y mi jaula se deje la pechuga pegada en los alambres. Ni tampoco hacerlo sin mediar un recibo en condiciones. ¿Para que sirve actuar de otra forma? Esa, la de usar el gatillo para relajar tensiones o solucionar problemas, no es mi trayectoria ni mi táctica de aprendizaje pero, además, quiero desempeñar bien mi papel.

Bueno, amigo, te agradezco como siempre tus palabras, de aliento, de apoyo y de confianza en lo que estoy haciendo, a sabiendas de que voy por buen camino y de que si hay algo que no me falta es pasión por esto del reclamo. De esa tengo para dar, tomar y regalar si a alguno le falta.
________________________________

-Chanteo
Amigo Solitario:

Cada vez recibes mejor y poco a poco mereces mejor sitio en el jaulero reclamista, avanzas de verdad por unas sensaciones que desde mi infancia tanto me produjeron y que hoy conservo. Amigo Solitario, soy un cuquillero que a pesar de lo que se puede considerar me cuesta trabajo mostrar lo que entiendo como máximas cuquilleras pero al leerte me da la sensación de estar cazando un cuarto, en el que la muestra sólo avisa de la inminente entrada a plaza -y a veces para el avispado cuquillero- distinguiendo de una collera o una viudilla, bulaneando o volaneando, que en esto manda el recibo.

Entiendo tus temblores por haber sido míos y siéndolos; que eso de compartir es cuestión de sencilla bondad para los hombres de bien que a modo de feligreses sentimos ese escalofrío que de recibo describes incluso para con lo del ato y los apechusques del puesto. Bienvenido amigo Solitario a un conjunto de sabores y malsabores -que los tendrás- que te harán sentirte libre en plena serranía y contento contigo mismo aunque no tires. Ya verás: la esencia de hacer reclamo.

Vas descubriendo por tu capacidad de sentir en el cuco la atracción que supone ser testigo de un repertorio sonoro que la reina atesora, tan conocido para pocos como por la mayoría de cazadores a no considerar a sabiendas de que resultas elegido para -que te enseñará- comprobar que nunca tendrás un reclamo igual que otro y nunca una perdiz será igual a otra, averiguando comportamientos tan fascinantes como gustos sonoros indescriptibles. El cuco, con todos mis respetos a las demás modalidades de su caza que también las ejercito, conlleva al conocimiento de este tesoro natural tan necesario por el colectivo cazador al que irremesiblemente ya perteneces como yo y cuyo reinado resulta tan bastardeado, tan tratado de despojado sobre su esencia.

Bienvenido a este disfrute, y encima con algarines, pasa y siéntate que trataremos de cuco.
________________________________________

-SOLITARIO
Yo me siento a charlar de Cuco contigo donde sea y cuando sea, porque aburrirme seguro que no va a ocurrir, al contrario, me puede venir el escalofrío en cualquier momento, solo de pensar el ese trance de plena satisfacción campera. Además, como la imaginación es algo que se deboca fácilmente, ya es que me veo en el cortijillo, en torno a la lumbre, pelando zorzalillos sin gafas y con los pies fríos, pero con la mente al rojo vivo, tratando de asimilar tanta experiencia, en una sola tarde-noche; de cuyas ventanas escapaba el embrujo, que diría nuestro amigo ManoloR, rebosante de la estancia, para confundirse con los aromas serreños circundantes, integrándose perfecta y fácilmente en el entorno por pertenecer y haber nacido en el.

Así que cuando quieras dispara, amigo Chanteo . Si lo mío es acerbo cuquillero, tu vas a tener que ir preparando un tratado como sigas contestando a mis preguntas.

Pero eso si, no te olvides de reservar un rato de escritura para relatarme eso que hacía tu señor padre con los pollos prometedores, colgando donde hubiera alguna viudilla castiza. Que no se me va a olvidar, , que todo me lo apunto.
_________________

-Chanteo
Amigo Solitario:

Como te decía hablemos de cuco; ya hemos hecho los preparativos a fin de que todo esté a punto, el reclamo ensayuelado y fijado para que no sufra vaivén alguno en nuestro traslado al cazadero.

Resulta un algarín ya sabes eso de que se dice en mi tierra que uno de mil, generalmente no soportan el enjaule y cuando ven campo quieren desterrar su encierro siendo por lo que además de haber pisado, no amansen; tener uno que vaya para arriba en su condición de reclamo es una aguja en un pajar, ostentar dos que tengan condiciones... ni te cuento. Mi hermano Juan ha cuajado uno este año y ya tendrá tiempo de hablarnos de sus cualidades.

A lo que iba... después de barruntar el puesto, delimitar la plaza y trazar el pulpitillo, que yo soy gustoso de llamarlo repostero, habremos de tener muy en cuenta saber trabajar la mata, no dar viso en el monte y esconder nuestra presencia sin aspaviento alguno; cuidado que en plaza resulta necesario no tocar nada, no pisar gamonal, ni cortar esparto, tomillo, o ramas ni plantas para tener menor estorbo en nuestra visibilidad así como levantar piedra alguna. Tengo la costumbre de hacer primero el repostero eligiendo un lugar privilegiado en plaza donde nuestro reclamo domine y teniendo total visión alrededor disimularlo a fin de que el campo tenga que acercarse para verlo. No soy gustoso de reposteros naturales de retama ni de utilización de forraje verde alguno, que con ramillas secas en el lugar escogido resulta conveniente pues ten en cuenta que el campo conoce perfectamente en su querencia, cada mata, cada piedra pudiendo extrañar lo más mínimo.

A continuación levantemos el puesto diseñando primero la tronera y su altura y después trabajemos desde dentro. Sí señor, mencionas hora y media de disfrute, tardo algo menos la verdad, pero en la hechura se baraja el cuquillero, retapando -reitero por dentro- sobretodo los bajos y como bien sabes ubicado en sombra a fin de que a tu reclamo le dé el Sol además de evitar destellos. Sabes que no gusto de portátil prefiriendo levantar uno de piedra o de monte a pesar de tener más faena, recuerda que la hoja de la mata, el asiento de cada piedra tiene su manera y sentido, que las perdices por su instinto natural tan avispado denotan el más mínimo detalle. Amigo Solitario, para mí es todo un placer terminar el puesto finalizando la piquera...

En zona baja cazo en Sierra Morena, de la que decía un paisano mío: "La Sierra Morena, sin que nos ciegue el amor a la tierruca, es una de las líneas de montañas, más hermosas del universo. No es grande su elevación; no tiene la altitud ostentosa de los Alpes, los Pirineos o Sierra Nevada; pero su clima apacible, su frondosísima y variada vegetación; lo gracioso del perfil que forman sus redondeadas cumbres, lo caprichoso de sus vaguadas, lo enhiesto de sus peñascos, la variedad de sus árboles y matorrales y la grandiosidad de sus recónditos retiros, morada de ciervos y jabalíes, justifican la fama de que goza, como sitio abundante de toda clase de bellezas naturales". Amigo Solitario, allí también la perdiz resulta albar o arocha, como las especies cinegéticas que la embellecen aún más. Las encinas, pinos, alcornoques, fresnos, acebuches, robles, carrascos, lentiscos, cornicabras, madroñeras, labiérnagas, arrayanes, brezos, romeros, torbiscos, cantauesos, estepas, jaras y otras plantas concluyen, y aparecen los olivares, las viñas, las huertas y los campos de cereales".

La piquera, amigo Solitario, hazla de embrujo, donde su contorno interno esté perfectamente delimitado sin ramilla que estorbe procurando atarla con fina cuerda de cáñamo para tal menester y busca planta de olor agradable, como el tomillo, la salvia o el romero pues con el aire fresco te hará más sabroso dar el puesto. Y si te acompaña tu hija, siéntala cómoda y trabaja a su altura una menor piquerilla a fin de que reclamo y plaza también contemple.

Espero que hayamos terminado nuestro cafelillo cuquillero. Lo que estaba de hacer en nuestra mano se encuentra hecho, bien hecho, como ya dominas. Ahora carga la escopeta que vamos a darle un puesto a ese algarín alimañero.
___________________________________

-MANOLO R
…como huele aquí a cuco, a tradición, a permanente embrujo, a celo incurable…ya oigo los cantos de la REINA del monte.

En primer lugar quiero enviar un saludo al amigo Flanagan, al que aún no había tenido la suerte de saludar, es un auténtico lujazo contar con él en esta cuquillera plaza.

Amigos cuquilleros… habláis de cuco, de lo que encierra esta palabra, de lo que realmente trasmite, de sabrosas experiencias que van acompañadas de magistrales exposiciones…de cómo empezar la construcción de un puesto. En este sentido poco, o nada, hay que añadir a lo expuesto por nuestro amigo y maestro cuquillero CHANTEO, pues una vez más nos habla de la esencia pura del cuco, con tantos detalles…que cualquier aficionado siente en su lectura “esos nervios”… es como si realmente estuviera en el interior del puesto.

Como bien sabéis los puestos naturales se hacen siempre “desde dentro hacia fuera”, nunca al revés, la mata que nos sirva para introducirnos en su interior ha de quedar tal cual la ofrece la naturaleza. Como bien decía mi cuquillero abuelo: “ que cuando pase alguien rozando la mata no se percate de que en su interior existe un puesto de cuco”… fueron tantas sus expresiones y sus enseñanzas.. que seguro estará, allí donde se encuentre, con su hocinillo en la mano…su jaula a la espalda… y siempre… siempre hablando del cuco.

Amigo SOLITARIO, no pidas permiso para “colarte” en el diálogo que mantiene el reclamo con el valiente campero, entra en el mismo “sin llamar”, disfruta de lo que pregona a los cuatro vientos, disfruta en la forma en que lo hace. De igual manera…vive cada gesto y cada movimiento que haga… pues todos y cada uno de ellos llevan su significado y su “lectura” correspondiente. Que en todo momento sepas con quien- y con quien no- del campo está en disputa… o cuando está en el proceso de cortejo y seducción…es tan emocionante participar, de forma silenciosa, en el interior del puesto de la escena que allí se representa…con ese fino oído cuquillero que no quiere perder ni una nota musical de las que afortunadamente escucha….que sabe descifrar lo que en el monte en ese momento está sucediendo…amigos CHANTEO y SOLITARIO….disfrutad del embrujo del reclamo, del cuco mismo…que a mi ya me están temblando las piernas…
__________________________

-Chanteo

Sólo faltaba eso, pichó, pichó .... Prrrrummmm; que de vuelo, entrara ManoloR. en el puesto a sabiendas de que le habíamos guardado piquerilla y sitio; estréchate un poco que como de costumbre viene el campo recibiendo, dando ese de pie que tan sólo los elegidos reclamos por la divina providencia les hace ser tan únicos, tan excepcionales de tono fascinante. Su presencia recuerda ese sabor a pólvora de aquellos cartuchos de cartón que mi padre gustaba en utilizar y que tras cada lance recién recargada la misma me entregaba porque su humillo yo ansiaba por la nariz tragar.

Además nos aprueba el puesto, esperemos que le guste el repostero dile a tu hija que esto va a comenzar, cierra ya la escopeta sin quitar seguro, que estamos todos y comienza el puesto. Vamos a ver la condición reclamista de ese algarín llamado Alimañero.

___________________________
-Flanagan

Saludos a tí también, Manolo.

Se está bien en esta plaza.

Huele a tarde de contar después.

Entra la brisa por la piquera y nos trae olores de siempre, como si el viento viniera de otros tiempos...

...los mismos olores que embrujaron a nuestros abuelos, olores de sierra dolida u dura.
_________________

-SOLITARIO

Leo una y otra vez vuestros mensajes y me froto los ojos porque, uno que lleva a algunos años escribiendo de caza, no había contemplado, no un debate de opinión, sino un dialogo entre cazadores tan pleno de pasiones y rico de emociones, compartidas con la paz y tranquilidad que da el saberse querido y arropado por amigos, sin trampa ni cartón alguna que pudiera anidar en el anonimato, trasladando a un medio escrito lo vivido y por vivir como si lo fuera y libres de intromisiones arteras. Es que hasta ni soy capaz de creerlo. Vamos por el buen camino.

De vuestra pluma sale la verdad a borbotones, rápida, presente y apabullante de lo que llevamos dentro los cuquilleros en la práctica de nuestra modalidad de caza, como si, perdonad que os diga, estuviéramos ahí esperando esta oportunidad u otra parecida que estaba tardando en llegar.

En ningún vídeo u otro soporte de los que comercialmente acostumbran a plantarnos ante nuestros ojos, describiendo la caza de la perdiz con reclamo reúne tanto detalle, delicadeza, precisión terminológica y transmisión de sensaciones como esta charla cuquillera, además, brillantemente acompañada por otros cazadores que, a todas luces, lo están viviendo también, no siendo cofrades declarados de estas cosas del reclamo. ¡Vaya escenario que hemos montado!, así casi sin darnos cuenta, estamos todos metidos en ello, con toda naturalidad. Buena señal.

Debo, antes de seguir, puntualizar a Chanteo que el puesto relatado con protagonista Alimaña no es el de un algarín sino el de un pájaro campero atrapado, como dije, en las cárcavas yesíferas que acunan regatos y afluentes del Jarama, río insigne de Madrid, en el 2005, de pollo ya volandero, luego hoy de segundo celo. Zona perdicera ancestral. No con esto quiero hacerte desistir de la idea de que el puesto que vamos a hacer sea a un algarín, por que si, mi primer relato que figura al principio de este post, lo abrí describiendo la apertura de esta temporada en puesto que dí a Parlillo, fué sobre un algarín que este lo es sin duda alguna.

Parlillo: Un pájaro bien formado, de buena estampa, poseedor de seis espolones que fué atrapado en uno de esos movimientos de tierras previos a las grandes obras del sureste de Madrid, medio atolondrado ante la destrucción implacable e imparable de su hábitat, junto a una polvorienta carretera rodeado de camiones, excavadoras y ruidos. Este si que había pisado ya, es evidente hasta se deduce fácilmente en su proceder en la jaula. El animal fue en su destino incierto salvado del destierro a ninguna parte, de la inanición o de las garras de algún predador doméstico de esos que pasean con sus amos en brazos o con collar los domingos por la tarde en las obras, momentáneamente paradas, es decir, huérfano ya de hogar, de verde al que picar y de pájara que conquistar. Hoy esto es un hecho; hoy esto es el producto progreso.... de ladrillos, no de perdices.

Así que tu me dirás a quien colgamos, al pájaro de segundo o al viejo residual de mil batallas, librado de una muerte segura de la última, la mas letal, que terminó en mi jaulero y hoy es, tambien, socio fundamental de este humilde cuquillero. Tu mandas.

Amigo Manolo, no creas que porque me tiemblen las piernas durante la totalidad del puesto, no me meto dentro de la jaula, junto al pájaro, calladito para que no se me vea y, si puedo, dentro de él, a ver que pasa y que hay ahí dentro metido. Que si, créeme, que yo con esto disfruto, como un testigo privilegiado de algo sublime y desconocido, que pocos podemos vivir, así que voy..... y lo vivo. Pero es que vivir esta caza es, sencillamente, disfrutarla, pero desde dentro, no como simple espectador, aunque aparentemente lo seas. No puede ser de otra forma.

Lo que pasa es que es tanta la ilusión, la dedicación a mis pájaros, diría que hasta la obsesión que tengo, que a veces parece como si fuera aquel chiquillo que empezó, con siete años, a acompañar a su padre llevándole el morral, que apenas podía sostener en las espaldas y abultaba mas que el. Todo era un mundo por descubrir, caza vez mas atractivo ysu imaginación le perdía, sin saber lo que le esperaba con el paso de los años en brazos dela afición por la caza. Pues eso me esta pasando ahora, en un nuevo comenzar, pero disfrutar, ¡Vaya que si estoy disfrutando!.

Amigos, os pido un receso para reflexionar, ya que tengo la sensación que estoy enfocando este post, centrando todo en lo mío. Me doy cuenta, en este preciso instante de que, si a la prosa emocionante y vital que estamos poniendo en juego, que tal vez no sea compartida o entendida desde fuera de este mundo del reclamo, le añado que no debo acaparar el espacio disponible con mis cosas, mis pájaros y mis puestos, la verdad, tengo algunas dudas de si no podrá estar siendo mal interpretado este lance por algún lector como un exceso de protagonismo, así que os rogaría, con todo el respeto y os propongo, de mi parte, un ejercicio de humildad y hablemos de algarines o promesas y puestos, en general aunque en ello pongamos toda nuestra pasión y nuestra jerga. No debemos olvidar que el motivo de este post fue divulgar.

Por que de continuar, nos va a pasar lo que dice Flanagan que este va a ser un puesto de tarde para contar después y, añado, junto a la lumbre pero, lamentándolo mucho, no estamos frente a esa lumbre, aunque a fe que a todos nos gustaría.

_________________________________
-MANOLO R
Ya tenemos el puesto magistralmente hecho por nuestro amigo Chanteo, tenemos también la mejor compañía dentro del puesto, el campo se oye encelado y con ganas de guerra, el reclamo con el capillo, aún puesto, espera su turno...amigo Solitario...a qué esperamos para disfrutar de nuestra fiesta... la de todo cuquillero...se acabó el receso...quita de una vez la sayuela que me estoy entumiendo...que nervios.
_________________________________

-SOLITARIO
Venga vale, ya que insistes vamos con los algarines, pero eso si que yo no me voy a poner a dar lecciones, señores cuquilleros, que, insisto la clase corresponde a Vds.
Algarín: pájaro perdiz que, procedente del campo, indudablemente, tiene ya varios celos de vida campera y por lo tanto, a menos que haya sido un cobardón pertinaz, un discapacitado sexual o en su querencia haya menos hembras que en una taberna de barrio, ya ha pisado, es decir, sabe lo que es una hembra.
Su comportamiento en la jaula suele ser fogoso y bronco, alambreando constantemente, debido naturalmente a que, cuando siente el campo recuerda (porque memoria, las perdices, tienen y mas para estas cosas ) que le toca pisar una hembra y lo que pretende, ante la llamada del campo es irse tras ella, la hembrilla que le provoca. Es una conducta lógica bien distinta del pollo que nunca ha pisado, que asume mejor su posición en la jaula. El algarín, en vez de cantar y proclamar sus dotes de cortejo, lo que quiere es ir por la calle de enmedio, cuanto antes y dejarse de cánticos de seducción. Es decir, a lo positivo, solo que como la jaula se lo impide trata de bregar para salirse; de ahí su comportamiento y su nula educación para esta caza.
Es conocido el refrán de ¡Algarín: uno entre mil!, que viene a significar que para que te salga un pájaro algarín adecuado para el reclamo, tienes que sudar tinta, tener mas paciencia que un santo para tratar de enseñarle y, aun así, tienes pocas posibilidades de éxito.
Sin embargo algunos valen, digo yo- sus señorías me corrijan-, porque hay algarines, que, como en cualquier otra especie, ante la hembra se atemperan y, seguramente, porque tienen algo especial, consideran que no siempre hay que salir corriendo tras ellas, que hay que hacerse valer un poquito, que no todo va a ser camelarlas y acosarlas, que uno también vale algo y tiene sus encantos y que venga ella, si quiere y, si se va que se vaya, que hablando de mujeres tocamos a siete y la tuerta .
Si en esto que el algarín no brega, sale por alto, cuchichea y hace sus cosas, la primera vez que le cuelgas, ¡coñe! este se ha percatado de su situación y sabedor de su valía de batallas anteriores, se planta en territorio enemigo seguro de sus fuerzas, se le viene el par y la hembra se resiste a sus amores, pero el macho campero quiere guerra y hay pelea, entonces, ¡eureka, la aguja en el pajar, habemus pájaro!.

Hala, venga, que ya le he quitado la sayuela, hace un ratillo y las malas lenguas me dicen, me comentan, que en este foro tenemos un auténtico experto en algarines El toro ya esta en el tercio, uff, perdón, me he ido a la tauromaquia
______________________________

-MANOLO R

Por finnnn...el reclamo algarín está destapado y todos los que nos encontramos dentro del puesto familiar, hecho por nuestro buen amigo Chanteo, estamos expectantes de su trabajo, de la calidad que atesora, de la fama que tiene...y de las buenas referencias que nos han dado.

Escuchad, escuchad...como sale con tímidos embuchaos...poco a poco va subiendo el tono...precioso el reclamo de cañón...como marca los tiempos, vaya que sí, más que interesantes son los primeros mensajes de exploración que acaba de enviar a sus congéneres. Que buena postura tiene, vaya planta, que poderío...como escucha engallado en el techo de la jaula, sin tocar ni un alambre...por ahora me está gustando...

Poco a poco va intercalando sonidos guerreros en su precioso repertorio...como me gustan también esas calladas magistrales que está haciendo, ahora mismo, para que el campo envíe sus respuestas. Se nota que es un pájaro bueno pues no sale al campo a vaciarse cantando...sino a cazar...mirad como está comprobando con cual de sus congéneres puede tener éxito en la conquista y con cual de ellos es mejor dejarlos para un segundo asalto.

Y nosotros nos acabamos de introducir, casi sin saberlo, en ese sabroso diálogo que está manteniendo con la perdiz brava, salvaje y astuta. Que suerte tenemos de estar todos aquí metidos en este magistral "salón puestero" hecho por un enorme CUQUILLERO, como es el maestro Chanteo, para disfrutar del reclamo puntero de nuestro amigo Solitario.

Chisssss.....chisssss... por favor, no habléis de esa forma que ya se oye el campo cada vez más cercano. De aquí en adelante nos comunicaremos con gestos cuquilleros que dicen mucho...muchísimo...a veces más que las palabras. Me da la impresión que ya mismo va a irrumpir en plaza el gallaco de banda que tenemos a nuestra espalda... pues ya lo oímos bien cercano.

¡ Vaya canto profundo que tiene, ronco, de tinaja ( si, amigo Chanteo, es un machaco tinajero) !...como se arranque hasta nosotros arrastrando las alas... hasta la plaza...no va a quedar monte en pie, ni terreno que arar...¿ aguantará nuestro veterano reclamo acometida tan espectacular?...

¡Calla, calla! que ya empieza la boca a quedarse seca y el maldito tembleque de piernas hace su aparición...vaya baile incontrolado...que subidón de adrenalina...por favor seguid vosotros relatando lo que afortunadamente estamos viviendo dentro de este puesto...pues ante la proximidad de ese valiente me he quedado mudo, estoy petrificado...solo mis ojos se mueven lentamente buscando el posible lugar por donde va a "dar la cara" semejante guerrero................

__________________________________
-Chanteo

… su hija y Gollorías no dejaban de escudriñar la plaza contemplando a través de sus piquerillas, de manera quieta, tan excepcional estampa de nuestro Algarín reclamo, antes herido por el implacable destierre de su querencia y curado por mano campesina, ya amansado y que el devenir del destino le condujo a su jaulero; quizás la vida le hubo premiado por su nobleza y mansedumbre merecidas y que en su traviesa aleto para siempre taró, encontrándose en perfecto estado de pelecho y encelado por mano sobresalientemente diplomada en el cariño y cuido, en esto del reclamo.

Estaba pregonando su canto a los cuatro vientos después de más de un celo atesorado, dueño y señor de nuestro dominio que el campo al poco rato supo; Gollorías en su afán de sentir en esto de la caza estaba sorprendido ante tal amalgama de recursos sonoros y el consecuente repertorio cuquillero de tan buen excepcional oyente- maestro ManoloR…, quería retener para siempre sus palabras, sus explicaciones acerca de los diferentes reclamos y entre aquellos piñones y pitas que intercalaba en su constante dar de pie, haciendo del silencio su llegada para la respuesta en escucha.

Si mejor cantaba nuestro Algarín mejor definía su tono y efecto tan maestro cuquillero dando al puesto repleto de todo su sentir; me gustaba sobremanera aquella aguda águila que el nuestro echaba cada vez que el tinajero salía de reclamo en aquél barranco de su querencia, que por conocida como reinado, como ningún otro animal de caza, sabía recorrer…y nuestro reclamo al que su cuquillero le hubo dado dos puestos sin campo con anterioridad, no se comía del campo cañón alguno, contestando inmediatamente y adecuando magistralmente la llegada de su canto a la distancia justa a la que se hallaba aquel galán encelado de los de siempre en acudir.

Hubo un primer especial momento de silencio, quedando del Algarín fija su vista en nuestra dirección, con su cabeza en todo lo alto; a ManoloR que como experto cuquillero percibía la inminente entrada del campo en celo, le comenzaron sus piernas a temblar, cual frío de veneno, haciendo que las hojillas de mi visera parpadearan ligeramente… mientras, a Solitario empezaba faltarle la saliva pues sabía que habría de bautizar de fuego a tan sobresaliente reclamo; a todo esto de mi chamarra saqué un cigarrillo que sin menor ruido encendí quedando su clavo encerrado a modo de cueva en mi mano, difuminando su humo entre mis dedos, reinante el olor de jara y tomillo, del romero en flor a modo de nuestras piquerillas y asientos, también me temblaban las manos que procuraba calentar.

A nuestra espalda ya de pronto, se oyó su reclamo; aún mas espacioso, más suave, más profundo…del tinajero encaramado en la risca a nuestra altura, subida sin prisa la escritura de su valentía y lucha, a la distancia del encuentro, la de hablar con el gobernador, reivindicando su presencia e invadiendo con su perfecto y único dar de pie toda nuestra escucha, mientras que Algarín quedó puesto. Todos mudos ante el campo salvo nuestro reclamo que al cabo de un rato de asombro, eriza su pluma haciendo más blanca si cabe su gorgoja con su cabeza de enmoño, tras avistar a tan bello tinajero que empezaba con suave dar de pie de valentía en lo alto a modo de seria advertencia.

Comienza nuestro reclamo ahora hinchado con un suave distinto currirí, currirí…como cantando sin rebasar la plaza, entremezclando pitas casi imperceptibles salvo para el oído de ManoloR. que ya más relajado y tras un ratillo de silencio, dice: ¡Ya viene!

Fue decir aquello y a Solitario le empezaron a dar botes las piernas, pero de verdad, haciendo que todo el puesto temblase a modo de repentino viento, mientras su hija sentía de su padre el escalofrío y Gollorías abría los ojos aún más que el vano de su piquerilla al sentir la inminente entrada del campo, me dispusiere a apagar el cigarrillo, mirando a ManoloR. a sus cuquilleros ojos.

Pichoróooooo, pichoróooooo, pichoróoooooooo, pppprrrrrruuuuuuummmmmm.

Se vino de vuelo y se ha callado todo. No se oye ningún pajarillo, no se mueve ni una hoja, se cayó también la torcaz, todo inmóvil mientras que nuestro Algarín sabiendo de su entrada no llega a verlo, como ninguno de nosotros, quedando con su cabeza en lo alto de la jaula como antes, cortado por aquel estruendo de vuelo que aún llenaba plaza. Más de un corazón palpitaba a contratiempo, acelerados ante aquel silencio, sin poder mover pestaña…¡Ya lo veo! dijo Solitario en voz baja dentro del puesto arrimándose a su tronera sin encarar la escopeta mientras que nuestro reclamo comenzaba nuevamente a hincar su pluma. Gallorías algo palidecido se frotaba los ojos al ver al campo con sus alas abiertas recorriendo velozmente en círculo la plaza, enmoñado de un color campo distinto, estando de callado y pasando bajo los cañones de la escopeta. ManoloR. y yo nos mirábamos en ese instante sabedores de la facultad tan excepcional para resultar descubierto el engaño; pero no, habiendo recorrido toda la plaza por dos veces pareciendo tan solo una, el tinajero se dirige hacia el repostero cumpliendo su natural función en la cuquillería de nuestro sentir, comenzando su recibo campero cual borracho y carantoño dispuesto a traérselas con nuestro Algarín, sin extraño alguno, ya confiado ya guerrero…

_______________________________________
-SOLITARIO
El Algarín no se achanta, le recibe, sabedor de la casta del campero y en ese preciso instante, recuerda tantas otras batallas libradas en pleno mes de Enero por recuperar su hembra; si, la misma que sacó adelante, un año atrás, sus polluelos; a la que reconocía de inmediato al acudir con sus primeros cantos de invasión de aquella ladera querenciosa, salpicada de retamas y tomillos que habíase constituido en territorio de amores y jamás podrá apartar de su recuerdo. Algo le decía que, otra vez, había de buscarla y conquistarla, en aquella mañana soleada, tras la dura helada nocturna, siendo su amada de otros celos. Pero ella no estaba allí, es mas, él no reconocía ese campo, aunque, dentro de si le atraía.
Sin embargo en ese momento, vuelve a su realidad, recapacita, ahora ya no tiene acirate al que trepar, su hembra ya no está, no es la misma que escucha desde hace un buen rato, sin verla, y el guerrero que se le viene a su encuentro no parece rechazar la pelea, como hacían otros machos mas noveles a los que pronto despachaba de una primera acometida haciéndoles sentir sus espolones. Este tinajero también quiere defender a su princesa y este tiene su propia risquera desde la que proclamar su dominante poderío.
Pero el Algarín se siente fuerte, no conoce esa plaza, ni esa querencia, se proclama conquistador desde su púlpito y no le importa emprender nuevas batallas. Decide, por lo tanto, pelear y hacerle comprender a todos los moradores de semejante querencia que ha llegado un desconocido valiente, que, no por extraño, va a dejarlo y es capaz de enterrar allí sus genes, manifestando en esa sierra su presencia y sin perder la cara nunca al enemigo. En peores circunstancias se vio envuelto, en múltiples escaramuzas enfrentándose a varios machos y nunca dio un solo paso atrás.

En esto que el campero picotea nerviosamente las piedrecillas salpicadas por el suelo, afilando así su pico en ademán de poder y, tras hacerlo brevemente, con el fin de comprobar las intenciones de Algarín mientras le observa, se endereza, se enmoña y acomete. Parece que ese desconocido elevado no tiene miedo, pero no va a consentir tales afrentas, ni dejarse arrebatar su hembra y ser presa del destierro en su propia casa, así que, comprobado que el currirí es firme y frontal, decide irse hacia él sin desviarse.
Trata de subirse al pulpitillo, mira una y otra vez las ramas dispuestas en vertical con maestría, no encuentra el camino firme y, de un salto, se encarama hasta la jaula. Ha de ver, de cerca, a su enemigo; ha de medirse cara a cara con semejante y descarado invasor de su querencia.
Algarín, se sorprende, no esperaba tanta fuerza y valentía así que, de improviso, se estira una vez, pero, viéndose dueño y señor del pedestal, se gira y se revuelve, le hace frente, y entre ambos se inicia la amenazante sucesión de picotazos.......

Mientras tanto se suceden tales acontecimientos, las miradas de ManoloR y de Chanteo se dirigen hacia Solitario para comprobar su temple. Gollorías y la niña están callados, sin mover ni una ceja, fijos en semejante trance, sin saber el desenlace. La escopeta permanece quieta en su lugar y Solitario asiente con la cabeza, pleno de satisfacción sin denotar preocupación por ese pájaro.

Vamos a continuar saboreando ese momento, mientras se inicia una fina lluvia que se cuela entre la brisa mañanera que nos trae esos aromas de la sierra, para adornar y llenar, si cabe un poco mas, nuestros sentidos........
_________________

-MANOLO R
....…no mováis ni un solo músculo que el aguerrido macho, en veloz carrera, ha venido a situarse al lado del puesto. En este preciso momento las caras de Gollorías y la hija de Solitario reflejan la enorme pasión que ya sienten por este ARTE. Ha sido suficiente una “sola inyección cuquillera” para que hayan caído, afortunadamente, en las redes de la cuquillería pura. Ya se han instalado en ellos el gusanillo de la afición, del cual ya no podrán desprenderse nunca.

Ya se oye con bastante claridad la hembra del valiente campero… lo que nos indica que está buscando el pasillo donde se ha colado el macho, el cual ha venido a instalarse en ese lugar pues, conocedor de su querencia, sabe que…por allí ha de pasar su pareja…la está esperando…

Efectivamente, después de suaves guteos, atractivos titeos para llamar su atención, arrumacos intercalados y muestras infinitas de cortejo…hacen posible que la pajarilla se reúna con su macho. Hecho que presenciamos, con todo lujo de detalles, por las minúsculas mirillas del fantástico puesto de monte hecho por el gran cuquillero Chanteo…

Como buenos espectadores de la maravillosa escena que estamos contemplando al lado del puesto, nos imaginamos el mensaje que está trasladando el tinajero a su perdiz consorte…que sería… más o menos: “Tu, quédate aquí, tranquila, no te muevas de este lugar seguro…enseguida vuelvo…que tengo que arreglar “algunas diferencias” con aquel invasor de nuestra querencia que sobre aquella atalaya se atreve, no solo a lanzar insultos y claras provocaciones, sino además compruebo… como te envía “cariñosos mensajes”…esto es el colmo…”

Con la velocidad de un Fórmula 1 se arranca hasta la plaza lanzando sonoros regaños de dominio… al mismo tiempo que envía mensajes visuales de pluma para tratar de acobardar a nuestro Algarín…

Mientras…la pajarilla permanece allí, al lado nuestro, mostrando una falsa indiferencia…aunque de vez en cuando emite un suave reclamillo para calentar aún más, si cabe, el tenso ambiente guerrero que en estos momentos vivimos…
_____________________________

-Chanteo

Ante aquellos expresivos gestos cuquilleros de silencio y quietud que como bien podían ya reinaban dentro del puesto y a modo de entretenimiento, la esquiva hembrilla picoteaba sus hojillas en la certeza de que su galán consorte tinajero se las traía ya con nuestro Algarín.

La chiquilla y Gollorías sin dejar de mirar el repuesto a través de sus piquerillas percibían tan claro y cercano charasqueo según comentaba en voz muy baja ManoloR. disfrutando de callada con tan ancestro vocabulario de tan apasionado cuquillero con su vista en la faena.

Ante aquel concurrido lance en plena corriente no me convino en principio la forma de hacer aquel pulpitillo pues a pesar de estar en un viejo espino el tinajero encelado y descarado por bravura de querencia, con desdeño a su peligro se encontraba de vuelo subido con nuestro Algarín a la par.

Nuestro reclamo entre aquellos agarres a picotazos, respondiendo para no dejar rebase en su dominio, constante su recibo junto al grilleo campero, hacía gala de recursos indescriptibles cada vez que la hembrilla se proponía a salir de reclamo -pareciendo en nuestra gachapa estar dentro- cóooo, cóoooo....suaves aguilillas al canto envueltas entre pitas de encandile y fijándose en ella a modo de receso por su canto provocado e ignorante en ese momento del guerrero duelo tan próximo; arrojaba triguillo de su comedero cual máquina de moler que desde el esperil llegábamos a ver junto al repostero, a modo de acerque a tan hermosa galana cual repertorio ... que tinajero no pudo soportar, abandonando su grilleo y rijando encolerizado manda a nuestro Algarín callar..., sin conseguirlo.

La hembrilla embaucada por el repertorio en el recibo de nuestro reclamo se encamina despacio al repostero y percibido su acerque por el tinajero de un salto vuelve a la rasa dejando a nuestro Algarín abandonado de momento y abriendo sólo un ala para tapar a su hembrilla la conduce forzada al filo de la placeta; a todo esto nuestro reclamo sin dejar de recibir hace que el valiente campero creyendo cumplido su deseo ante aquel recibo de bandera, vuelva al repostero de nuevo igual que su hembrilla imposibles de parar que ya junto al espino queda y que tinajero no para de rodear.

Solitario nos miraba sin tener a bien encarar aún su escopeta, templado su ánimo ante aquel chirimiri de embrujo con olor a mojada sierra, en sus ojos cuquilleros se podía descubrir después de tanto embrujo su pellizco cuquillero a la hora de hacer reclamo...

Ante aquellos expresivos gestos cuquilleros de silencio y quietud que como bien podían ya reinaban dentro del puesto y a modo de entretenimiento, la esquiva hembrilla picoteaba sus hojillas en la certeza de que su galán consorte tinajero se las traía ya con nuestro Algarín.

La chiquilla y Gollorías sin dejar de mirar el repuesto a través de sus piquerillas percibían tan claro y cercano charasqueo según comentaba en voz muy baja ManoloR. disfrutando de callada con tan ancestro vocabulario de tan apasionado cuquillero con su vista en la faena.

Ante aquel concurrido lance en plena corriente no me convino en principio la forma de hacer aquel pulpitillo pues a pesar de estar en un viejo espino el tinajero encelado y descarado por bravura de querencia, con desdeño a su peligro se encontraba de vuelo subido con nuestro Algarín a la par.

Nuestro reclamo entre aquellos agarres a picotazos, respondiendo para no dejar rebase en su dominio, constante su recibo junto al grilleo campero, hacía gala de recursos indescriptibles cada vez que la hembrilla se proponía a salir de reclamo -pareciendo en nuestra gachapa estar dentro- cóooo, cóoooo....suaves aguilillas al canto envueltas entre pitas de encandile y fijándose en ella a modo de receso por su canto provocado e ignorante en ese momento del guerrero duelo tan próximo; arrojaba triguillo de su comedero cual máquina de moler que desde el esperil llegábamos a ver junto al repostero, a modo de acerque a tan hermosa galana cual repertorio ... que tinajero no pudo soportar, abandonando su grilleo y rijando encolerizado manda a nuestro Algarín callar..., sin conseguirlo.

La hembrilla embaucada por el repertorio en el recibo de nuestro reclamo se encamina despacio al repostero y percibido su acerque por el tinajero de un salto vuelve a la rasa dejando a nuestro Algarín abandonado de momento y abriendo sólo un ala para tapar a su hembrilla la conduce forzada al filo de la placeta; a todo esto nuestro reclamo sin dejar de recibir hace que el valiente campero creyendo cumplido su deseo ante aquel recibo de bandera, vuelva al repostero de nuevo igual que su hembrilla imposibles de parar que ya junto al espino queda y que tinajero no para de rodear.

Solitario nos miraba sin tener a bien encarar aún su escopeta, templado su ánimo ante aquel chirimiri de embrujo con olor a mojada sierra, en sus ojos cuquilleros se podía descubrir después de tanto embrujo su pellizco cuquillero a la hora de hacer reclamo...
________________________________

-SOLITARIO
Algarín no había cesado nunca su recibo, al contrario, semejante maniobra tinajera le envalentona aun mas, si cabe, en su deseo de poseer la dócil y enamorada hembrilla tan serrana, que ha visto empujada lejos de su vista. Le lanza un regaño bien sonoro al contrincante, a quién no va a perdonar jamás ese desprecio.

Solitario ya no tiene mas saliva en su garganta y sus dientes se aprietan, esforzándose. No quiere terminar esta visión, pero recuerda que él esta ahí para "hacer pájaro" y honrar a su jaula en la querencia. La llamada implacable de la ley inexorable del más fuerte ha de ser cumplida sin demora. Su pájaro se ha ganado una victoria; incipiente aprendizaje de valor reconocido por su amigo, en esta, su primera vez desde la jaula. Ha llegado, sin querer, el desenlace. No cabe apartar, ceder ni delegar su papel en tal asunto; quisiera, pero no debe evitar cumplir esa otra la ley del cuquillero.

Observa una última vez el escenario, quiere fotografiar la hazaña en su memoria, toma la escopeta en la garganta; ajusta a su cara firmemente la culata, quita el seguro de la mocha Ugartechea y afírmala bien, que quede inmóvil, una vez tomados los tres puntos. Nada mas percibe en ese trance.

Tras respirar hondo y contenerse..........................................................................................;pasan segundos de tensión insoportable......................................................................y
¡PAMMMMM!

Resuena el eco del disparo entre las peñas y al pié del tanto yace Tinajero.

BBBBRRRRRRRRRR, sale la hembrilla de revuelo, posándose en las peñas circundantes, las mismas del lugar de donde vino.

Algarín, sorprendido, queda inmóvil, firme, contemplando a su enemigo ya vencido.

Silencio sepulcral en el entorno, pero mas dentro del puesto, donde se hacinan de emoción en poco espacio, menor aún, ahora, tras el lance, los cinco amigos que buscaron contemplar romper el campo a ese Algarín, hoy, aquí, precisamente. Un embrujo de pasión los atenaza.


Solo la fina lluvia permanece, ajena al momento de tensión.......y persistente.

Todos esperan impacientes, revisando en sus retinas el encuentro. Pasa un rato sin salir nuestro valiente, pero ManoloR, con su fino oído atento e infalible de un codazo a Chanteo le previene: ¡Ya sale ya, triunfal, de abajo a arriba; ya entierra a su enemigo para siempre; ya proclama su victoria nuestra jaula!.
La puerta del amor ya esta expedita, la presencia de Algarín ya es bien notoria. Resuena su canto de embelese, queriendo ver, traer y poseer a aquella hembrilla, reservada al ganador de la contienda.

..........................
_________________

-MANOLO R

…después de realizar un maravilloso entierro comienza Algarin a elevar los tonos de sus cantos anunciando por todo lo alto su victoria, e incluso de vez en cuando mira la inmovilidad del vencido para asegurarse que sigue allí…bajo sus pies…acatando su autoridad y bajo su claro dominio.

Por fin empiezan a oírse, muy cercanos, los cantos de la perdiz recién enviudada proclamando a los cuatro vientos llamadas reiteradas para que acuda, cuanto antes, su macho al que hace un buen rato ha dejado de escuchar sus belicosos cantos de guerrero…

La primera reacción de Algarín pasa por descomponerse algo pues comienza a tocar los alambres…pero pronto su casta le hace serenarse y empieza a comprender que debe de utilizar otros tipos de artes para camelar a tan llamativa dama. Es por ello que, teniéndose por un empedernido conquistador, empieza a emitir llamadas de cortejo, cantos altamente atrayentes y un sin fin de arrumacos intercalados…

La estrategia utilizada empieza a dar resultado ya que la perdiz se oye cada vez más próxima al puesto…tanto… que un suave susurro del maestro Chanteo nos avisa de la inminente entrada en la plaza de aquella valerosa perdiz. Incluso… hasta en el interior del puesto ya se comienzan a oír propuestas…entre otras… las referidas a un posible indulto…
_______________________________________
-SOLITARIO

Algarín ve venir a la hembrilla por los mismos pasos que la vez anterior, atraída por sus constantes muestras de cortejo.
Irrumpe en plaza a toda velocidad, parándose de inmediato frente a su conquistador. Se sitúa bajo el tanto, contemplando a su anterior amante sin mostrar recelo alguno, fijándose en el vencido, de pasada. De repente, Algarín que la observa recibiendo, que no cabe en la jaula de alegría, titea suavemente a la hembra amada, pero ella aparentando ser ajena a semejantes muestras de amor, se sale con rapidez del trance y se sitúa de un corto vuelo en otra peña, probando así su casta y su bravura. Quiere llevarse, sacar de su querencia al nuevo conquistador; jacarea sin parar en la atalaya.
El jurado observador desde el puesto ya ha tomado una decisión inapelable: sea, pues, merecedora del indulto, ya que el magnífico trabajo de Algarín alcanza, sin dudarlo, esa sentencia y esa hembra podrá mantener su reinado en esa sierra.
Solitario carraspea un par de veces, observa y ve a la hembra desaparecer entre las jaras, espera un rato y vuelve a toser, escuchándola ya a lo lejos, mientras Algarín no ha cesado en sus cánticos de amor y seducción irrepetibles.
Sale del puesto, lentamente, con sosiego; chasca los dedos varias veces, mientras se aproxima a su socio lentamente y diciéndole, en voz baja, suavemente, lo mucho que siente haber tomado esa decisión, pero advirtiéndole que tiempo habrá para volver a esa querencia y reencontrarse con su valerosa amada, allí, esperándole.
Muestra a Algarín el pájaro serreño al que ha vencido y le ensayuela, sin que este cese en su constante cuchicheo.
Tinajero es un pájaro precioso que atesora una belleza indescriptible: pico y patas rojas adornadas por sendos espolones garbanceros; garganta circundada por un collar negro y ancho, como pocos, moteada hasta llegar a sus brillantes espejuelos . Un ejemplar viejo, grande y señorial al que peina sus plumas varias veces, tomándole por el pico y mostrándoselo a su amigos con enorme alegría y pleno de satisfacción por este lance.

Un fuerte abrazo y gracias a todos, amigos, por esta magnífica experiencia,
5.7.07

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por insertar tus comentarios en el blog.
Te ruego uses en ellos tu mejor criterio y buen sentido así como el mayor respeto, sinceridad y juego límpio tanto para el autor del blog como para los demás cazadores internautas que hagan sus comentarios. Muéstra tus opiniones, ideas y experiencias, siempre, con ánimo constructivo y positivo, en beneficio de la caza y de los cazadores. De nuevo, bienvenido y muchas gracias por tu participación.