viernes, 18 de septiembre de 2009

Disciplina, jerarquía y seguridad

Tengo la sensación de que no va a venir nada mal esta reflexión, es oportuna ahora que va a comenzar la temporada general de caza, por ver si todos tomamos algo mas de conciencia de las cosas de la seguridad. Falta hace.

Siento si a alguien le molestan las palabrejas del título de este artículo, por no estar muy de moda, precisamente, pero forman parte de nuestra lengua castellana y vienen en el diccionario.
La actitud de aceptación de las normas (disciplina) en la caza, o respeto, como queramos llamarlo, se pierde mientras cazamos por múltiples factores (aunque se conozca al dedillo como hay que hacer las cosas bien hechas porque así conviene y esta establecido). Me atrevería a decir que transgredir las normas, en un ejercicio de indisciplina descarado y permanente, es algo que puede estar hasta de moda, tan vigente como que lo está en otros muchos aspectos de la vida en sociedad. No hay más que atender a los medios de comunicación en las crónicas de sucesos.
La disciplina en el ejercicio de cazar no es un problema de edad ni de conocimientos, ni de experiencia, solamente, porque se puede ser un experto cazador con miles de jornadas de caza a las espaldas y sabiendo lo que hay que hacer en cada caso, pero, al mismo tiempo, no comportarse disciplinadamente cazando. La disciplina es algo que se tiene si se quiere, se sabe aplicar y se tiene que practicar porque se conoce, pero se puede perder en cualquier momento y por cualquier persona, se sea experto o neófito, basta tener una vía de justificación y manga ancha para apuntarse a la anarquía general. Porque ese hábito o mérito se lleva dentro y, como dije al principio, es un problema de actitud, no solo de aptitud o conocimientos. Hay que ser disciplinado cazando.
El concepto de jerarquía entre los cazadores se ha perdido. Todos cazamos, todos pagamos igual, todos tenemos los mismos derechos, todos tenemos tierras en el coto, todos.......frases muy frecuentes en ese ámbito venatorio, todas ellas muy "democráticas" que quedan estupendamente. Pues bien, siendo cierto esto, por encima de todos estos conceptos autocomplacientes y para que las cosas funcionen y no se ponga en riesgo la seguridad de las personas, hay que tener un principio de jerarquización, de forma que para asegurar el equilibrio y armonía de las cacerías en grupo de forma que unos mandan y otros obedecen, cuando se caza en un mismo espacio, coto, finca o campo, aunque sea en una acción de cazar individual no coordinada con otros cazadores. No puede ser de otra forma en aras de la seguridad colectiva de ese grupo y por esa "fundamental y vital" razón, porque esto no es un club de ajedrez, manejamos armas. Hay que aceptar las normas de seguridad que unos ponen y velan porque se cumplan y otros deben cumplir.
Cuando se pierde la disciplina, el reconocimiento de la jerarquía y decae el respeto a las normas de seguridad que se implantan por unos, pero para el conjunto, por un equivocado concepto de la igualdad, se ha perdido todo, pero por todos, se sea joven o viejo; se sea experto o inexperto. Sencillamente el sometimiento a la autoridad de unos pocos dirigentes, responsables de que las cosas se hagan bien -normalmente elegidos o designados para una labor de coordinación del propio grupo o del terreno de caza en cuestión- se ha perdido en muchos casos y nadie impone reglas –aunque existan y se conozcan- nadie las exige y nadie las hace cumplir con sanciones ejemplares: "Café para todos y cada cual que haga de su capa un sayo": Pues NO, en materia de seguridad en la caza.
Aquella, la primera vez que un miembro de un coto, o grupo, el que sea, cometió una imprudencia, un incumplimiento de las reglas o un acto de indisciplina y no fue correspondido con la suficiente corrección ejemplarizante en aplicación del principio de disciplina y jerarquía, por parte de los dirigentes de ese coto, se perdió la batalla de la seguridad (y, por cierto, otras) en ese lugar y con ese grupo
A partir de ahí, los demás piensan: Si este lo hace y no le pasa nada, pues yo también.... y así, sucesivamente, todos terminan haciendo lo que les da la gana y empieza en caos. Desastre organizativo que afecta a la seguridad en la caza y de los cazadores.

Situación que se repite en muchísimos cotos, grupos y sociedades, de forma creciente, donde siempre son los mismos, año tras año, temporada tras temporada y todos son iguales para todo, es decir, no hay jerarquías eficientes que apliquen disciplina, porque, francamente, intentar aplicarla y ver como se vulnera con infinidad de excusas “ad hoc”, disuade al mas voluntarioso de intentar mantenerlas y cunde el desánimo que culmina en el cachondeo. La falta de autoridad, la indisciplina y la falta de reconocimiento de la jerarquía en los cotos de los denominados “sociales” es tan creciente como lamentable. Naturalmente esto influye en la seguridad y tiene sus raíces en una mala organización estructural de estos cotos con su enfoque falazmente deportivo y localista, dominados por el amiguismo y los clanes. Todos son inocentes pero todos caen en la falta de respeto a las normas.
¿Qué decir, entonces, de una montería, por ejemplo, o un ojeo de perdices, o una tirada comercial, donde no se conoce nadie, todos pagan y todos cazan porque pagan, igual que todos; y los que deberían aplicar esa disciplina solo van a ganar pasta rápida y sin mas consideraciones?. El resultado es un permanente desastre en términos de seguridad. Te la juegas, así como suena.
¿No es esto una consecuencia del mercantilismo salvaje y sin control y de la velocidad arrasadora del dinero que, teniendole, libera a cada cual de obligaciones? ¿No queda la seguridad menospreciada y olvidada, cuando de mantener el individualismo sin disciplina, sin normas y sin jerarquías se trata?
Todo ello por encima y en evidente menosprecio de la vida humana, desde luego.

Pues si esto es así, que lo es (no hay mas que darse una vuelta por muchos cotos y cacerías, en plena faena) para apoyar este argumento que sostengo, no me hace falta acudir a la tradición, a aquello de que siempre se cazó con disciplina y con normas, (siendo cierto), únicamente bastará con recordar que, luego, no nos rasguemos las vestiduras, cuando acontecen accidentes por imprudencias -los llamados fortuitos en la caza- cuando, en realidad su causa es mucho mas concreta y hay que buscarla en la falta de estos valores innombrables, ahora olvidados y proscritos, superados irracionalmente por una libertad mal entendida.
A mas de uno, en determinadas situaciones habría que colocarle una camisa de fuerza o dejarle al sereno, atado al tronco de una encina, para que medite un par de noches de esas que hace relente, tras la "pasada" de turno y la chulería consiguiente, poniendo en riesgo al resto de la cacería, pero, visto que nadie es capaz de hacerlo ( falta de jerarquía) ni el interfecto lo acepta (indisciplina), porque atenta contra su libertad (?) nos toca a todos los demás colocarnos un chaleco de colores y ponernos a salvo de él, tras un risco. ¡No, hombre, no!.
Ya me ha pasado.
Cordialmente,

1 comentario:

  1. Tienes razon, la indisciplina, o como lo queramos llamar es la culpable de todos los accidentes que ocurrem, rara vez son fortuitos aunque los hay, pero efectivamente nos toca vestir de "trabajador de la via publica" o de "he pinchado en plena autovia", pero del mismo modo digo que si esto ayuda a evitar accidentes depor imprudencias (tanto del herido como del dueño del arma), no habra mas remedio, yo tuve a un individuo durante mas de 2 horas delante de mi tras una mata bien grande, en teoria el era el puesto siguiente al mio, este hombre habia sido portada de una revista con un guarro impresionante, y yo con 18 años mantuve el tipo si disparar a la mata aun moviendose sin parar como si algun guarro hubiese habido dentro, pero recordaba lo que mi padre me habia dicho, nunca dispares si no ves a que le tiras y que tiene alrrededor, cual fue mi sorpresa cuando paso el postor gritando al no encontrarlo y salio de la dichosa mata que yo tenia delante, no lo olvidare nunca, de no haber tenido prudencia quiza hoy no hubiese podido leer esto o mi vida se habria arruinado, es algo que ademas ayuda a mantener la prudencia con un arma en las manos mientras practicamos este arte de la caza.

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